| Hace ya como cuatro años que un verano como éste empezamos a hablar de serigrafía y unos días después nos fuimos haciendo con material para construir una insoladora, pantallas , líquidos y tintas. Pasamos un verano fenomenal en la antigua carpintería que tenían mis abuelos en Sepúlveda probando todo aquello que en ese momento era nuevo para nosotros... la verdad es que no acababa de salir bien...todavía Rober no había aprendido en la universidad lo que ahora sabe de técnicas permeográficas y ser autodidacta sin internet resultó complicado. Al año siguiente Rober pudo utilizar parte del material para dicha asignatura pero la insoladora quedó olvidada en la casa de verano a la que tardaríamos en volver. Sin embargo, pensábamos muchas veces en retomar aquello y un día hablando con Tanja y Dusan de Sirius encontamos la manera de que ellos tuvieran un taller de serigrafía completo para dar sus cursos y nosotros un lugar a 5 min andando desde casa donde trabajar. Ahora el taller está montado. Cuando pensamos un nuevo diseño lo trabajamos en casa y con la transparencia impresa bajamos a insolar. Mientras la espera aprovechamos para hacer la compra, tomar algo o pasear por el barrio. Volvemos al taller y esperamos a que 3 minutos de luz hagan la magia de convertir un marco entelado en un fotolito. Estampar es el paso siguiente. Es fácil disfrutar trabajando cuando el proceso es tan agradable y no hubiese sido posible si no fuera de esta manera. |